Los equipos de rescate de Turquía sacaron a más personas de entre los escombros a primera hora del sábado, cinco días después del terremoto más devastador que ha sufrido el país desde 1939, pero en Turquía y Siria se desvanecían las esperanzas de encontrar muchos más supervivientes.
En Kahramanmaras, cerca del epicentro del sismo en el sureste de Turquía, las operaciones de rescate eran menos visibles entre los montículos de hormigón de casas y bloques de apartamentos derrumbados, mientras cada vez más camiones recorrían las calles sacando escombros.
El creciente número de muertos, que supera los 24.150 en todo el sur de Turquía y el noroeste de Siria, suscitó dudas sobre la planificación y el tiempo de respuesta de Turquía ante el terremoto, y el presidente Tayyip Erdogan dijo el viernes que las autoridades deberían haber reaccionado con mayor rapidez.
En el enclave rebelde del noroeste de Siria, que sufrió los peores daños del terremoto, pero donde las labores de socorro se complican por la guerra civil de más de una década, había entrado muy poca ayuda, incluso después de que el gobierno de Damasco dijo el viernes que permitiría a las caravanas cruzar las líneas del frente.
En Turquía, 67 personas habían sido rescatadas de entre los escombros en las últimas 24 horas, declaró a la prensa el vicepresidente turco Fuat Oktay, en un esfuerzo que atrajo a 31.000 socorristas en toda la región afectada.
Alrededor de 80.000 personas estaban recibiendo tratamiento hospitalario, mientras que 1,05 millones de personas que se quedaron sin hogar a causa de los sismos se encontraban en refugios provisionales, añadió.