“¿Hola?”, dicen del otro lado del teléfono mientras se escucha de fondo un hermoso y largo quiquiriqueo. El gallo presiente que la conversación va a ser sobre él y pareciera que quiso saludar. A su lado estaba Noah, el nene de 4 años que lo adoptó como mejor amigo y que desde ese día se volvieron inseparables.
El pequeño pronuncia apenas algunas palabras, pero con Pinino tiene una conexión que pocos pueden explicar. Además de jugar mucho, come y duerme con el animal todos los días.
“Hago todo con Pinino, tomo mate, todo”, contó el pequeño risueño. “Lo cría desde chiquito. Tienen un vínculo especial, un cariño y amistad muy lindo”, agregó Daniel, el papá.
Desde que se levanta, Noah comparte toda su rutina con el gallito de un año. “Se levanta, lo busca y desayunan juntos. Los llevamos a los dos hasta la puerta de la escuela y ahí se despide. Después vuelve y juegan”, contó el papá del niño. A la noche, el nene le explica que hay que dormir, lo acuesta y lo tapa. Pinino acompaña y así lo hacen cada día.
La misma cotidianeidad hizo que el animal se convierta en su mejor amigo. “Es como si fuera un humano, realmente es inexplicable su amor. Y nos pone contentos que así sea”, señaló el hombre.
En ese sentido, remarcó: “Es muy sano y natural que puedan compartir tiempo. Hoy en día hablamos de que los nenes viven con los celulares y para uno es un orgullo que elija a los animales”.
La pasión de Noah por la naturaleza la mamó desde la cuna. Es que la familia Arévalo, de la localidad cordobesa de Los Olmos, Villa Nueva, incentivó a que sus hijos estuvieran en contacto con el campo y la naturaleza.
“Nos gustan mucho los animales. Tenemos de todo: caballos, gallos, gallinas, chanchos, ovejas, vacas, chivas. Una vida de campo que también afortunadamente les gusta a los tres nenes”, detalló el papá.
Aunque asegura que siempre se rodearon de animales, nunca vio una relación tan cercana: “Así como esto no. Es raro que sea un animal tan dócil, tan pegado. Lo entiende mucho, le explica, le habla. Pero es únicamente con él ese vinculo, no con cualquiera”.
“Si fuera por él, nuestra casa sería un zoológico. Ama a todos los animales, pero con el Pinino es algo especial. Sabe lo que le gusta, lo que no. Se adapta con él. Es parte de la familia”, afirmó.
Junto al pony Ñoqui, Pinino es el favorito de Noah. Es por eso que lo lleva a pasear a la plaza y van de compras juntos. Definitivamente, el trato es diferencial: “Lo quiere llevar a todos lados, no se despega nunca. Incluso se pone inquieto si alguien lo quiere agarrar”.
Según relata el hombre, Pinino lleva una vida normal en el patio de la casa: “Anda suelto con el resto. Tiene su espacio y también tiene a su Pinina con la que anda para todos lados. Come lo que corresponde y se comporta bien en cualquier lugar”.
Respecto al futuro del gallo, el nene desea que haya “Pininitos” por toda la casa: “Ya quiere que tenga pollitos. Todavía es un animal joven, pero vamos a ver si con la Pinina próximamente tienen familia”.
Pinino y Noah: una dupla tierna e infalible
Los Arévalo no solían usar mucho las redes sociales, pero de vez en cuando, subían algún video que coprotagonizaban Noah y Pinino a los estados de WhatsApp. Las imágenes recibían muchos mensajes tiernos y fueron sus mismos conocidos quienes los alentaron a crear distintas cuentas para mostrar esa inigualable dupla.
“Así que, a pedido de la gente decidimos hacer un TikTok y un Instagram para subir contenido. Nosotros no tenemos mucha idea del tema, pero la chica de la peluquería nos ayudó”, admitió Daniel.
Empezaron a subir videos y la magia entre Noah y Pinino se viralizó de inmediato. En esa línea, el papá del pequeño le agradeció a todos aquellos que comparten el contenido e indicó que lee todos comentarios: “Parece algo loco, tierno, pero es algo común para nosotros”.