Luciano Aued llegó a Unión a comienzos de año a través de la secretería técnica que comandaba Roberto Battión. Gustavo Munúa luego dio el visto bueno, porque venía con mucha continuidad en Universidad Católica y podía aportar experiencia a un grupo plagado de jóvenes.
Sin embargo, el ritmo del fútbol argentino demoró su adaptación y nunca pudo afianzarse. Queda quizás como dato relevante su gol en el clásico disputado en el 15 de Abril, que terminó empatado 1-1. Ahora ya desvinculado de Instituto, confesó en charla con el programa Doble Amarilla de Buenos Aires: "Se terminó bien el año por suerte. Empezó un poco complicado con la etapa de Unión, pero luego con el cambio a Instituto finalizó bien. Así que contento".
También relevó que, como hincha de Gimnasia, sufrió el desempate con Colón: "Pensemos que me tocó estar en esa definición también en 2011 donde se dio el descenso. Lo padecí como uno más y por suerte terminó bien".
Mientras que luego remarcó que la sorpresiva renuncia de Sebastián Méndez hizo un quiebre en el Tate: "Para el plantel fue duro, porque nos cayó muy mal. Sobre todo cómo se dio y el momento. Era un compromiso que habíamos asumido y él mensaje que daba era de luchar a muerte. Pero tomó esa decisión. Si lo ves de su lado, es entendible, porque se trataba del club de su pasión y corazón, pero nosotros estábamos en una situación delicada, con muchos que se habían quedado por él y no fue una situación linda ni que pareció bien. Como jugador, que un técnico se vaya en el medio de un torneo no me gusta. Es como que sentís que te dejan tirado. Por eso fue un golpe cuando pasó y nos costó acomodarnos".