La semana pasada estalló la polémica en Santa Fe por el pase de juveniles de Colón a Unión. Un convenio a futuro que asoma como auspicioso, pero que no se toma de la misma manera en la gente respecto al folclore, ya que se potencia al rival de toda la vida.
Desde la dirigencia optaron por este acuerdo, sobre todo por la buena predisposición del Tate, ya que sino se iba a quedar sin nada por la decisión de los padres de los chicos de apelar a la patria potestad.
Es importante señalar que fueron los pibes quienes quisieron irse y no que Unión los tentó, pero los cobijó por estar en el interés de recibirlos. Esto pareció no importarle a los fanáticos, que fueron muy críticos al respecto.
Pero cuando se hila fino, uno de los detalles que quizás sorprende es la falta de aporte de jugadores de inferiores en este plantel rojinegro. Las únicas excepciones son Alan Forneris, que debutó el domingo pasado en el empate ante Almirante Brown, y el defensor Lucas Picech, que estuvo en los dos primeros partidos del campeonato. Después, nada más. Lo mismo que Alex Aranda, que sumó minutos ante Atlanta en la primera rueda y que en las últimas horas fue presentado en Central Norte, donde buscará el rodaje que en Santa Fe no consiguió.
Poco nada en este sentido, siendo una arista tras el descenso. No se contemplan este análisis de Sebastián Prediger y Nicolás Leguizamón por tener ya un mayor recorrido y salieron de Colón.
Puede que para el técnico Iván Delfino no haya un prospecto prometedor para subir y por eso opta por los 18 que llegaron luego del descenso, que sigue dejando esquirlas en el club. De todas maneras, cuando se busca barajar y dar de nuevo, darle chances a los valores de inferiores no sería tanta prioridad.