Para la continuidad de la Primera Nacional, Colón sumó dos refuerzos: el delantero Genaro Rossi y el volante Oscar Garrido. Justamente éste último lo hizo prácticamente sobre la hora, cuando estaba por cerrar el libro de pases. Un plan A en el puesto por pedido de Iván Delfino que la dirigencia pudo cumplir y ya comenzó a pagar con creces.
Fue autor de uno de los goles en la goleada ante Estudiantes de Río Cuarto. En este caso, con un tiro libre que se desvió levemente en un rival. Luego del trabajo en el predio, el mediocampista visitó los estudios de LT10 para contar sus sensaciones.
Inicialmente, cómo está en la ciudad: "Es una ciudad muy linda y estoy muy cómodo. Así que contento. Ya me tocó venir por Copa Argentina y estuve una semana a prueba en Colón cuando era chico. Debuté en el Federal A en Maipú, donde me «fueron» y vine a probarme como mediapunta junto con un compañero, Santi López, que hoy está en San Martín de San Juan".
Puede desempeñarse prácticamente en todos los puestos del medio, por lo que le brinda un plus al técnico: "Me gusta jugar a la pelota y con sacrificio podés suplir otras características. Con actitud podés abarcar algunas falencias".
Cuando el equipo Diez en Deportes le consultó sobre qué le pide el entrenador, contó: "No hablo mucho de lo que me pide el técnico (risas). Tengo la suerte de donde fui me tocó manejar la pelota parada, algo que me gusta. Está Christian (Bernardi), que me cedió la chance y es charlable. Él es el primero para patear, pero si me dice que lo haga, voy sin problemas. Soy de esos soldados al que solo tienen que decirle qué hacer. Marcho con órdenes".
Su ilusión en Colón
"Colón tiene apellidos muy grandes, pero la humildad es increíble. Hay una confianza muy grande y eso es importante para todos. Todos los días se aprende algo nuevo, pero eso cada cosas que me piden sirven para mejorar y solucionar lo antes posibles las cosas", agregó Garrido.
Pero no quedó solo en eso: "Soy nuevo y recién llego, por eso lo tomo con calma. Pero cuando suena el silbato, es momento de tirar a la cancha para lo que vinimos. La cabeza tiene que estar dentro de la cancha solamente. Uno trata de aislarse de lo que pasa mucha veces a fuera para no sentirse afectado. Ni hablar en lugares donde jugás a canchallena como en Colón. Hay que saber llevar el ritmo de la gente, que quiere ir ganando ya de arranque".
Mientras que en el final, narró cómo se dio su llegada: "Pasó que me llama mi representante un viernes a la noche para que arme las valijas, que nos íbamos a Colón y se me abrieron los ojos. Era algo que busqué, ya que tuve una prueba en su momento y era la oportunidad que tanto quería. Fue así como preparamos el bolso. Pero fueron pasando los días y el llamado final no llegaba. Central Córdoba ya me había liberado, al igual que Instituto, donde tengo contrato y renové antes de venir, pero algo faltaba. Incluso ya no había ido más a entrenar y me había despedido de mis compañeros. Una ansiedad que no podía explicar y fue así como se dio el jueves que cerró el libro de pases. Fue de película, llegamos justo".