Hasta acá el Abierto de Australia está dejando en claro que, sin Juan Martín Del Potro, el tenis argentino, más allá del tremendo impacto que significó obtener la Copa Davis por primera vez en la historia, está lejos del protagonismo que tuvo hace un tiempo atrás.
A la segunda ronda del primer Grand Slam del año solo llegaron dos de los siete jugadores nacionales que estuvieron en el cuadro principal, pero ya perdió Diego Schwartzman contra el belga Steve Darcis y solo queda Carlos Berlocq (90 del ranking mundial), aunque con un panorama muy complejo.
Charly, que nunca pudo ganar dos partidos seguidos en un Grand Slam, irá desde las 21 por el gran golpe ante Richard Gasquet (18), quien le ganó los tres duelos previos, todos por torneos grandes. El francés lo eliminó dos veces de Roland Garros -2014 y 2015, la última en cinco parciales- y la otra fue por paliza en circunstancias parecidas a las de hoy: primera ronda del Australian Open 2015. Esa vez el partido fue un suplicio para el tenista de Chascomús y apenas pudo ganar apenas cinco games.
Para tener chances esta noche, Berlocq, ganador de dos títulos en su carrera profesional, debería jugar al filo de la perfección ante un jugador que lo supera en casi todos los aspectos. Acaso el argentino solo tenga como ventaja su capacidad de lucha y entrega, algo de lo que adolece su rival. Es un incomprobable, pero si hiciéramos un juego y Charly tuviese su corazón, pero el tenis de Gasquet, casi con seguridad hubiese cosechado más que los 14 ATP 250 que consiguió el francés.
El ganador irá en la próxima instancia contra Grigor Dimitrov, el búlgaro que desde hace algunas temporadas es señalado como uno de los jugadores que puede sentarse en la mesa grande pero no termina de despegar, o con el coreano Hyeon Chung, quien en el debut barrió al rosarino Renzo Olivo. Pero esa será otra historia...