La reincorporación laboral y la vuelta a la rutina a veces no suelen ser fáciles y, pueden suponer que experimentes cambios mentales, emocionales o cognitivos que afecten a tu estado de ánimo de manera negativa, generando estrés.
Los principales síntomas son tristeza, apatía, ansiedad, malhumor, sensación de hastío o estrés, que no suelen prolongarse más de dos o tres semanas. A pesar de que el síndrome postvacacional no está considerado como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud y se relaciona más directamente con aspectos emocionales, estudios coinciden en la incidencia del estrés provocado por este síndrome en el origen o empeoramiento de ciertas enfermedades neurológicas, como cefaleas, epilepsia o trastornos del sueño.
Para evitarlo, es importante mentalizarse del retorno a la rutina. Y para ello te costará menos si dejás un día o más de margen entre las vacaciones y la vuelta al trabajo. Esto te servirá entre otras cosas para organizarte y comenzar con tus hábitos diarios.
No descuides los horarios
Los trastornos del sueño vienen de la mano, por lo que el insomnio es una posible causa de estrés. Se recomienda regular los horarios antes de la reincorporación laboral. Dormir más horas de lo habitual es clave y hacerlo a unas horas que se adapten más o menos al horario laboral.
Ni tus hábitos
Continuar con tus actividades extralaborales y hábitos saludables también es un paso para combatir el síndrome y hacer más llevadera la vuelta. La alimentación es importante para gestionar el estrés, y es que unos hábitos saludables influyen en el estado de ánimo.
Organizá progresivamente el trabajo
Si podés, organizá las tareas, comenzando por las más sencillas. Prepará previamente la vuelta al trabajo antes de irte de vacaciones. No lleves trabajo a casa y aprovechá los tiempos de descanso para hacer algo agradable.
Sé positivo
Tener una actitud positiva y buscar el lado bueno de las cosas siempre funciona. Además, podés continuar con tus actividades de ocio como salir con amigos. Otra forma de evadirte de la rutina es comenzar a planear el siguiente viaje, ya sea una escapada de unos días. O recopilando las fotos de las vacaciones y creando un álbum para el recuerdo.
Prestá atención a tus emociones y pensamientos e intentá descubrir lo que necesita tu mente para estar satisfecho. Agradecé las vacaciones que pudiste disfrutar gracias a tu trabajo. Si te sentís desbordado lo mejor es solicitar la ayuda de un profesional.