Se sabía que el arranque de la Copa de la Liga Profesional para Unión sería durísimo, ya que tenía a dos grandes fuera de Santa Fe, como Racing y San Lorenzo, y un gran candidato para debutar como local como lo es Estudiantes, actual monarca de la Copa Argentina.
Y el Tatengue dio el golpe en su debut, con una enorme victoria ante Racing, en el estadio Presidente Perón, por 1-0, con el golazo de Jaoquín Mosqueira, lo que hizo ilusionar a todo el pueblo rojiblanco.
Luego, llegó la inmerecida derrota ante Estudiantes, a quien superó en gran parte del partido, pero no pudo generar chances claras de gol y las que tuvo no las pudo acertar, y su rival en la primera y única que tuvo clara se llevó la victoria desde Santa Fe.
En tanto que ante San Lorenzo tenía la chance de volver a sumar de a tres ante un rival que se preparó para jugar la Copa Libertadores pero que todavía no había en la Copa de la LPF.
Y el Tatengue volvió a mostrar las mismas virtudes y defectos que en las primeras tres fechas, cuestión que es extensiva a todo el período de Cristian González como DT. Es que Unión es prácticamente imbatible en defensa, pero arriba tiene carencias que le impiden despegar en la tabla de posiciones.
En las primeras tres fechas solo recibió un gol, y desde que está Kily González como DT el equipo cerró 13 vallas invictas, y en 13 no logró convertir. El Tatenuge anotó bajo 13 goles y le convirtieron 15.
Unión se potenció con la llegada de los refuerzos, cinco de los cuales fueron titulares ante San Lorenzo, como Miguel Torrén, Bruno Pittón, Mauro Pittón, Lucas Gamba y Adrián Balboa. Sin embargo, más allá de haber cambiado la dupla ofensiva, el equipo sigue seco en el arco contrario, lo que le impide dar el gran salto, como pretende Cristian González.