Ser adicto al sexo es considerado desde hace poco como una enfermedad. Lo denominado por expertos como el comportamiento sexual compulsivo fue definido como un desorden de salud mental en la lista de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS publicó, en junio, un nuevo listado de trastornos del que suprimió la transexualidad, así como sumó la adicción a los videojuegos. No obstante, recién en mayo de 2019 el documento será presentado ante la Asamblea Mundial de Salud para su adopción por parte de los estados miembros, y el 1 de enero de 2022 entrará en vigencia.
Desde ahora se define el desorden comportamiento sexual compulsivo como "un patrón persistente de falla para controlar los deseos o impulsos sexuales intensos y repetitivos que resultan en un comportamiento sexual repetitivo".
Esta definición no se centra en el número de compañeros sexuales, sino en que el comportamiento entorno al sexo se convierte en "el centro de la vida de esa persona hasta el punto de descuidar su salud o cuidado personal, u otros intereses, actividades y responsabilidades". Si esa tendencia se prolonga por más de medio año ya se considera un trastorno.
Para la OMS no estaría incluida dentro de este trastorno la "angustia que está completamente relacionada con juicios morales y la desaprobación sobre los impulsos sexuales, necesidades o comportamientos".
Hasta el momento, no existen estudios que determinen la cantidad de personas afectadas por esta condición. Algunos sondeos regionales o locales en Estados Unidos indican que podría estar presente en alrededor del 5 por ciento de la población, pero son cifras que no tienen una validez significativa.