La colonia de vacaciones del Predio UNL-ATE propuso, para esta semana, que las y los colonos vivan una experiencia relacionada a las nuevas tecnologías y a la robótica creativa. Niñas y niños de entre 4 a 13 años de edad, agrupados por rangos de edades, realizaron ejercicios lúdicos y educativos vinculados con la robótica.
"Sumamos una nueva propuesta a la temporada y, en esta oportunidad a la Colonia de Vacaciones, espacio al que vienen a divertirse y también a aprender. La experiencia fue un éxito, esencialmente lo que este taller buscó es que las y los niños se inicien en la robótica a partir de elementos electrónicos en desuso y que logren, según las edades, realizar su pequeño robot. Disfrutaron mucho la propuesta, les llamó la atención el poder armar su propio robot con elementos reciclados", aseguró Cecilia Rodríguez Calderón, directora del Predio UNL-ATE.
La propuesta consistió en utilizar diversos materiales, desde kits de robótica con masa conductora y aislante desarrollada por Roboticlaje, kits de robot solar, lápiz 3D, robots realizados con materiales reciclados, vínculos y componentes impresos en 3D, entre otros materiales. En el taller se realizaron impresiones en 3D y juguetes a partir del reciclado de materiales de impresión y de electrónica entre otras dinámicas disponibles.
"Lo que quisimos transmitirles a los chicos es que tanto nosotros como los robots necesitamos energía para tener vida. Conversamos sobre cómo surgen las energías y a partir de generadores, que generaban energía con su propio movimiento, armaban pequeños prototipos robóticos en cartón y le daban luz con su propia energía. También trabajamos la programación de esos robots haciendo un robot humano. Las y los chicos seguían las pautas de los programadores y les indicaban a los robots pequeñas acciones, como por ejemplo, ir de un lado a otro. Lo importante es que vean que la robótica está al alcance de cualquier edad y con paciencia se pueden hacer cosas más complejas. Que se vayan del taller con una sonrisa para nosotros fue muy gratificante" afirmó Juan Carrique, investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas y del Conicet.