Una emprendedora marplatense recurrió a Tiktok para quejarse de las personas que se prueban ropa de su local pero que, según ella, “saben de antemano que no son de su talle” y desató un gran debate en redes sociales.
El video se publicó bajo el usuario @lulita_mdp y la finalidad de su descargo consistía en que las diferentes piezas de vestimenta que tiene a la venta sufren todo tipo de daños.
“Que bronca que me da esa gente que viene y se prueba ropa que sabe que no le va a entrar, que sabe que no es un talle para ellas. Porque yo tengo variedad de talles, pero no, ellas van y se prueban lo que saben que no les va a entrar”, enunció Erika Soriano, la joven que lleva adelante el negocio.
Según asegura, varias clientas fuerzan las prendas para que les entren, al punto de que llegan a romperlas, pero luego se desentienden de la responsabilidad.
“Saben que es un talle chiquito o que no me quedan otros talles pero ellas igual van y se lo prueban. ¿Y después que pasa? Pasan estas cosas: agarran, se lo prueban a la fuerza y lo rompen”, comentó.
Frustrada ante la actitud de las clientas, mostró un vestido para ejemplificar el daño sobre el cual después debe afrontar los costos: “Este se lo probaron. Yo sabía que no estaba descosido, que el vestido estaba entero y lo descosieron todo”.
Además, afirmó que a pesar de ofrecer una amplia variedad de talles, la gente elige otras opciones y daña los productos. “Si sabés que no te va a entrar y lo probás a la fuerza y lo rompés, pagalo. No salgas del probador y digas que estaba fallado”, sentenció.
El fragmento que se compartió en la red social de videos cortos abrió las puertas de un debate respecto a la ley de talles y la dificultad que supone conseguir ropa que se adecúe a todos los tipos de cuerpos.
En poco tiempo, el video se viralizó en redes sociales y superó las 242 mil reproducciones. Por su parte, los internautas se mostraron divididos a la hora de reaccionar ante el discurso de la joven: mientras unos expresaron empatía por el daño de las prendas, otros criticaron el enfoque de su descargo.
“Por ahí la calidad de la ropa es malísima y la tabla de talles es un chamuyo”, “No sé, las costuras vienen cada vez peor, se abren de la nada, me pasó con ropa que compré para vender”, “Me pasa lo mismo, no me da la cara para decirles que la tienen que pagar. También hay clientas que le dejan mal olor a la ropa” y “Bueno hay que tener paciencia, la venta también depende del vendedor”, fueron algunos de los comentarios que le dejaron.