La Roma apaciguó las aguas este domingo tras varios días de caos con el despido de Daniele De Rossi y la renuncia de la directora general Lina Souloukou consiguiendo una contundente victoria ante Udinese por 3-0, su primera alegría de la temporada en el estreno de Ivan Juric como nuevo director técnico.
Estaban siendo días muy complicados en el seno del club romanista. El despido inesperado de De Rossi provocó, pese a no haber ganado en el arranque del campeonato, el malestar generalizado de la hinchada al ser una leyenda del club y el tenso clima desembocó este domingo en la dimisión de Souloukou, justo el día en el que la Loba se medía ante el líder invicto de la Serie A.
Lo cierto es que, pese a todo, fue el mejor partido de la Roma en lo que va de temporada. Un buen primer partido para estrenar la "Era Ivan Juric", que no pudo caer más de pie en la capital italiana. Entre el ucraniano Artem Dovbyk y Paulo Dybala se gestó la victoria. Primero con el segundo gol de la temporada del exdelantero del Girona, un golazo con un tiro cruzado tras un pase de El Shaarawy en el minuto 19. Y el segundo con un penalti cometido sobre la Joya y que convirtió el propio 21 para el 2-0 recién iniciada la segunda parte, tras una recuperación clave del propio Dovbyk.
Poco pudo hacer Udinese, incapaz de hacer daño a los locales, quienes ya hicieron notar ligeramente la mano del nuevo DT, caracterizado por la solidez defensiva de sus equipos. Solo una vez tuvo que intervenir el meta serbio Mile Svilar para salvar un gran disparo del francés Florian Thauvin.
Cerró la goleada el italiano Tomasso Baldanzi, que firmó su primer tanto desde que firmó en enero de 2024, aprovechando un gran pase de Dovbyk, omnipresente. Tras varios días de tormenta en la Roma, Dovbyk y Dybala se encargaron de encauzar la situación, justo a tiempo para el debut europeo ante el Athletic Club en Europa League el próximo jueves.