El gobernador Omar Perotti definió este domingo la suspensión de clases presenciales en los departamentos Rosario y San Lorenzo por el término de una semana, en principio.
Las nuevas medidas responden al crecimiento de casos de coronavirus en el sur provincial y también son consecuencia de las decisiones que debía tomar cada provincia luego del DNU nacional.
El criterio sobre el que se basó el gobierno provincial, según el secretario de Educación Víctor Debloc, es el sanitario y los ejes son la ocupación de camas de terapia intensiva y el aumento de casos. Además, en el sistema de vigilancia epidemiológica de Nación, estas ciudades aparecen en "alerta sanitaria" y por eso se suspendió "de manera preventiva la presencialidad".
Debloc remarcó que la presencialidad cuidada en Santa Fe, desde su inicio el 15 de marzo, funciona "muy bien" y que la convivencia escolar no generó "ningún tipo de brote". Sin embargo, explicó que la medida de pausar la presencialidad es para evitar la circulación y los desplazamientos.
"El problema es que hay una movilización importante de alumnos, de padres y de familiares en torno a la escuela. Y no solamente en relación con la escuela sino cuando deben ir a comprar materiales, o la movilidad que se necesita para cumplir con las tareas vinculadas al enseñar y el aprender", argumentó el funcionario.
Ante la saturación de camas críticas, Debloc manifestó que el objetivo es buscar de diferentes maneras la disminución de la circulación y por eso entran en escena las clases presenciales.
En cuanto a la posibilidad de la medida se replique en el departamento La Capital, dijo que se tendrán en cuenta los criterios epidemiológicos antes expuestos como la ocupación de camas y el crecimiento de contagios. "Si esos dos indicadores, sobre todo la capacidad de camas ahora con la ampliación de centros de aislamiento, no son alarmantes podría no ser necesario hacer suspensiones preventivas de la presencialidad".